viernes, 26 de noviembre de 2010

Continuando... Thanksgiving con "spanish omelette" y nieve

Tras prácticamente un mes sin un minuto libre, la Vaga vuelve a intentar estar conectada. Siento mucho haber tardado tanto en volver a sentarme a escribir delante de un ordenador, pero entre viajes (más o menos obligatorios), un examen y problemas de conexión, lo fui dejando. Pero he vuelto. Y espero que para mantenerme.

¿Qu¡e que ha pasado en este mes? ¡Qué no ha pasado! He visitado Weimar y el campo de concentración de Buchenwald, he visitado Viena (aunque con poco tiempo), hice un "mid-term examn" (en el que podíamos tener los apuntes pero no servían para nada) y ya he perfeccionado mi técnica de hacer tortillas para varias fiestas. Además, me han pedido que escriba este blog en la lengua de Shakespeare pero, por el momento, eso no va a suceder (lo siento por mis compañeros pero bastante tengo ya).

Hoy podría hablar de muchísimas cosas (como de mi alfombra de dos euros, de como sigo siendo tan pava como en España y me choco contra verjas...) pero como mi background periodístico me avisa que lo pasado, al no ser actual ya no es noticia, os hablaré de Thanksgiving, de mi primer Acción de Gracias.

Como tenemos varios americanos en el Master y suelen ser los organizadores de la mayor parte de la fiesta (dos de ellos viven en casas grandes y una prácticamente sola) fueron ellos los precursores. Mientras que uno se encargó del pavo (no es como el de la foto pero tenía muy buena pinta -y sabía muy bien, que aunque no como esa carne lo probé) y una de las chicas, que es vegana, del resto de los platos. El resto, aportamos nuestros conocimientos de nuestros respectivos países. Total, uno estupendo acción de gracias con bebida, muchísima comida y varios postres.

Yo hice mi ya famosa tarta de queso y ayudé al español (o él a mi :-p) a hacer dos tortillas de patatas. Y es que, ¡ese plato nunca puede faltar en una fiesta en el extranjero!. Eso sí, casi se nos quema la cocina al intentar dar la vuelta a una tortilla de patata con otra sartén (no teníamos plato grande).

Podría contar mil y un detalles de la cena de Thanksgiving, de lo riquísimo que estaba todo (y los muchísimos kilos que habré ganado), de la tarta de chocolate y la bebida extraña caliente de ron, de cómo nos pusimos a jugar con unas bolitas de una extraña pasta que hizo una china (que por cierto, no pude ni probar de lo mucho que me dolía el estómago de comer) lánzandonos bolitas (no con las echas, claro, sólo de pasta sin freir) unos a otros, de cómo en círculo dimos gracias todos por estar ahí, de la fiesta a la que fui después y de cómo, me empapé por culpa de la nieve, de la extraña música del bar y de cómo, de no beber chupitos de tequila ya casi no recuerdo como se hacía... E incluso, de que tras jugar un rato en la nieve, no me importó andar sola casi media hora por las solitarias calles de esta ciudad para volver, empapada y nevando, a casa.

Pero al final, lo importante es lo que descubrí ayer por la mañana y que luego terminé de entender por la noche. Venir aquí, tener la oportunidad que estoy teniendo (con mucho esfuerzo) y descubrir que formo parte de un gran grupo de, afortunadamente, gente estupenda. Casi todos ellos podrán ver este blog y no van a entender casi ninguna palabra, ellos no saben nada de mi vida pasada (algo pero no mucho) ni saben lo que he dejado atrás. Pero aún así, gracias a ellos, a su energía, a sus momentos como " Ana voy a darte un abrazo porque eres española y seguro que echas de menos esas cosas" y al "Ana, you're so nice" junto con esos gritos, bailes raros y brindis... me han ayudado a volver a sentir que tengo mi lugar en el mundo y que estoy tomando la decisión correcta. Asi que yo ayer agradecí eso, estar aquí justo este año, compartiendo este momento y riéndonos de la globalización, odiando a Sassen, hablando de "Territorialization", "frontiers" y "borders" pero también de "harry potter" o de fumar.

Pd. Eso no significa que no eche de menos a todos aquellos que estáis en mi querida tierra.